Coca Cola demuestra que sabe más de paz y de libertad que la prensa occidental
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Circula en redes un artículo que descalifica a la bebida Coca-Cola por no abandonar a Rusia, argumentando que dan delante al dinero que a la supuesta dignidad.
Pero, ¿Cómo es qué sabemos quienes somos de occidente y a penas hablamos inglés que las traducciones que han CNN o la BBC y tantísima cadena alineada con la OTAN, son correctas?
Es extraño que hoy, Putin sin razón haya decidido invadir Ucrania, como estuvo advirtiendo años los medios occidentales para que finalmente, entre acusaciones, sanciones y amenazas -hasta de armas nucleares- reaccionara Rusia reconociendo a quien desconoció Ucrania e invadiendo tales lugares.
Si hablamos de los medios mexicanos nadie puede hablar, porque quién no reporta de Kiev, donde no pasa nada y hay cámaras 24 / 7 para probarlo desde POLONIA, a cientos de kilometros de conflicto, pero nisiquiera dan información de reportero, dan su opinión según lo que saben… que para opinar no es necesario de salir de la redacción.
Ahí esta Kiev, sin daños y en silencio
Mi madre dice si no me quieren, respeten y si no quieren ténganme miedo
Ahora resulta, que para apaciguar una guerra y alentar a La Paz, hay que censurar a quienes no piensen igual que la OTAN los canales de RT pero sobretodo hay que denostar a quienes siguen trabajando en el país como si fueran señoras de lavadero.
Antier en el informe del estado de la nación que dan los presidentes de Estados Unidos, lo mismo que él dio del presidente que teníamos aquí en Mexico con el PRI, pero aquí se llamaban informe de gobierno, hasta suspendían clases o actividades las personas «es día del informe decían» como si todos fueran funcionarios. Igual de aplaudido fue cuando Joe Biden informó que iba a destruir la economía Rusa, de las cuales mujeres y niños, hombres y comunidades en desarrollo dependen. Pro que tienen el poder pueden destruir al mundo que consideren que no coopera con ellos. Así con ese pensamiento fue escrito el siguiente escrito que circula en LinkedIn pensamiento de empresarios y asistentes de otros oligarcas no rusos
Integro el mensaje
CocaCola, la bebida oficial de Occidente, no se une a la diáspora justa de cientos de marcas que cierran sus negocios como protesta ante una invasión que ha vulnerado todos los derechos internacionales. No se une a ese puñetazo en la mesa para presionar en busca de la sensatez, la justicia y el fin de la guerra.
CocaCola no es una bebida, es un ecosistema incontable, que hace tantas bebidas diferentes que si tomas una al día, necesitarías más de 9 años para probarlas todas (tiene una cartera de productos de más de 3500 bebidas distintas), que van desde refrescos hasta bebidas energéticas y bebidas a base de soya.
El logo de CocaCola es reconocido por el 94% de la población mundial. CocaCola es algo más que una marca, es LA MARCA. Es el sello no oficial del estilo de vida occidental.
En una visita a Moscú del vicepresidente Richard M. Nixon en 1959, en plena guerra fría, le acompañó el presidente de Pepsi, Donald Kendall, el cual se reunió con Nikita S. Khrushchev. En la tradición popular de los sesenta, CocaCola era la bebida de los demócratas y PepsiCola la de los republicanos. Pero aún así, en 1972, después de que el Nixon se convirtiera en presidente, Pepsi se convirtió en el primer producto de consumo extranjero que se vendió en la Unión Soviética.
Unos años más tarde, Jimmy Carter, reemplazó las máquinas de Pepsi en la Casa Blanca con máquinas de CocaCola después de ser elegido presidente. La conexión con Carter ayudó a CocaCola a convertirse en uno de los primeros productos extranjeros vendidos en China.
Pronto, la guerra comercial CocaCola vs Pepsi se celebró en Rusia, China y EEUU.
Durante años Rusia fue territorio Pepsi, y China territorio CocaCola.
Cuando cayó el muro de Berlín en 1989, y la gente detrás del Telón de acero, se encaprichó repentinamente con todo lo occidental, CocaCola tenía la ventaja psicológica de parecer un refresco estadounidense. Pepsi había existido durante tanto tiempo que muchos consumidores rusos la vieron como una bebida local.
CocaCola habita en mi nevera, y es parte de mi cotidianiedad, posiblemente más que ninguna otra marca. Llevo más de 30 años siendo fiel confesable a esta marca. Y es por ello que me siento un microaccionista sin acciones de ella. Y es por ello que me desconcierta esta noticia.
Docenas de grandes marcas, incluidas Apple, Nike, Best Seller, Mango, Ikea, H&M, PayPal, han confirmado que están cortando temporalmente los lazos con Rusia , en solidaridad con Ucrania.
Todas esas marcas, y muchas otras, pierden mucho dinero con esta medida, pero sucede que es justa y moral.
Hoy, CocaCola, la marca, echa cuentas y ve que eso de largarse de Rusia no es un buen negocio. Y sabes, a veces entre la dignidad y el dinero, lo segundo es lo primero.
Pero lo que deben saber las marcas es que la mirada global de los consumidores está observándoles, viendo si optan entre la diginidad o el dinero.