Ya paren de tomar, ya termino!

TIPS BAJAR LOS KILOS DE MÁS QUE DEJÓ EL MARATÓN GUADALUPE REYES

No sea que https://www.gob.mx/liconsa/articulos/etiquetado-enfoque-en-hipertension luego anden con hipertensión

El famoso maratón Guadalupe-Reyes, con sus fiestas, posadas y reuniones, suele dejar algo más que buenos recuerdos: unos cuantos kilos extra. Entre las cenas abundantes, los antojos navideños y las copitas de más, es común que muchas personas comiencen el año buscando retomar un estilo de vida más saludable.

Para contextualizar el problema, de acuerdo con un informe de la Federación Mexicana de Diabetes (2024), en promedio, los mexicanos suben entre 2 y 4 kilos durante la temporada decembrina. Este incremento puede deberse al consumo excesivo de alimentos altos en calorías y bebidas azucaradas, además de una disminución en la actividad física. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) resalta que el sobrepeso no solo afecta la apariencia física, sino que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares. Entonces, ¿cómo puedes revertir este efecto sin perder la motivación?

Ante esta realidad, es claro que las fiestas pueden dejar secuelas más serias que el simple arrepentimiento gastronómico. Por lo que resulta importante conocer ¿Hasta dónde nos afecta el descontrol de estas fechas y cuánto tiempo tomará reparar el daño? ¿Qué tan conscientes somos del efecto acumulado de nuestras decisiones durante las festividades? ¿Cómo podemos revertir los efectos de la temporada sin caer en soluciones extremas o de corta duración? ¿Será posible transformar esta experiencia en un punto de partida para tomar mejores decisiones a lo largo del año? 

PERDER PESO, EL PRINCIPAL PROPÓSITO DE LOS MEXICANOS PARA 2025. ¿CÓMO LOGRARLO?

Cada inicio de año, millones de personas trazan metas para mejorar su calidad de vida, y en este 2025, el deseo de bajar de peso lidera la lista de propósitos entre los mexicanos. Según Statista, el 43% de la población en México ha señalado que reducir kilos es su objetivo principal para este año. Esto refleja no sólo una preocupación por la apariencia física, sino también un creciente interés por mejorar la salud y prevenir enfermedades.

Sin embargo, cumplir este propósito no es tarea fácil. Según un estudio realizado por la Universidad de Scranton en Pensilvania, el 73% de las personas logra cumplir sus propósitos durante la primera semana. Sin embargo, después del primer mes, esa cifra baja al 64%. A los tres meses, solo el 50% mantiene su compromiso, y a los seis meses, el porcentaje se reduce al 46%. Al final del año, únicamente el 19% de los individuos alcanza sus metas.

Además, a nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el sobrepeso y la obesidad representan factores de riesgo importantes para enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares, que afectan a un porcentaje significativo de la población mexicana. Esto subraya la urgencia de adoptar hábitos sostenibles, más allá de las dietas de moda o los programas de ejercicio extremos. Entonces, ¿cómo pueden los mexicanos convertir este deseo en un cambio tangible? ¿Qué papel juegan la disciplina, la motivación y el acceso a la información confiable en este proceso? 

DÍA MUNDIAL DE LA LUCHA CONTRA LA DEPRESIÓN: OBESIDAD Y DEPRESIÓN, UN CICLO PELIGROSO

Cada 13 de enero, se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, una fecha dedicada a crear conciencia sobre esta enfermedad mental que afecta a millones de personas en todo el mundo, misma que no solo tiene consecuencias emocionales, sino que también se relaciona estrechamente con problemas físicos como la obesidad, pues de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es uno de los trastornos mentales más comunes y, en muchos casos, está vinculada a alteraciones en los hábitos alimenticios, lo que puede llevar al aumento de peso y empeorar la salud general.

La relación entre estos males es compleja; según el Departamento de Educación Continua en el Instituto Nacional de Psiquiatría INPRFM, entre el 30% y el 60% de las personas que viven con obesidad presentan alguna condición de salud mental, como depresión, ansiedad, baja autoestima o alteraciones de la conducta alimentaria. Estos trastornos, a su vez, contribuyen al incremento de peso, creando un ciclo difícil de romper, pues la depresión puede afectar el metabolismo, alterar las señales de hambre y hacer que las personas recurran a la comida como una forma de lidiar con ello, lo que intensifica el problema.

Si bien la actividad física y una alimentación balanceada son esenciales para controlar el peso, abordar este desafío requiere un enfoque integral. Es esencial adoptar estrategias que combinen la atención a la salud mental con el control del peso. Pero, ¿Cómo se puede implementar un enfoque más efectivo que abarque ambos aspectos? ¿Qué pasos se deben tomar para prevenir que estos trastornos se alimenten mutuamente y afecten de forma continua la calidad de vida?

BLUE MONDAY. ¿CÓMO IMPACTA EN LA SALUD MENTAL Y EN LOS HÁBITOS ALIMENTICIOS?

El tercer lunes de enero, conocido como «Blue Monday» o «El lunes más triste del año», es considerado el día más deprimente. Este fenómeno no solo se debe al hecho de ser lunes, sino por varios factores coincidentes: el frío, la “cuesta de enero”, los propósitos de Año Nuevo aún incumplidos y la lejanía de las vacaciones. Aunque surgió como una campaña publicitaria en 2005 por la empresa Sky Travel, el término se ha popularizado en las redes sociales bajo el hashtag #BlueMonday.

El impacto emocional de este día puede generar síntomas como tristeza, ansiedad, cansancio e insomnio. Según la Universidad de Harvard, el estrés puede influir en nuestras elecciones alimenticias, ya que suele generar una inclinación hacia los alimentos altos en grasas, azúcares o una combinación de ambos. Sin embargo, esta estrategia de afrontamiento puede empeorar la salud mental, creando un círculo vicioso difícil de romper.

Para contrarrestar este efecto, es fundamental reconocer la relación entre emociones y alimentación. En lugar de caer en el impulso de consumir alimentos poco saludables, se podría optar por alternativas nutritivas que favorezcan tanto el bienestar físico como emocional. ¿Qué acciones concretas se pueden tomar para evitar que el estrés emocional del Blue Monday derive en malos hábitos alimenticios? ¿Cómo podemos romper este ciclo de dependencia de la comida reconfortante para mejorar nuestra salud a largo plazo?

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Estef Fierrito

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